"Muchos de estos mitos se ajustan al sentido común de las personas, y en Psicología hemos aprendido que si hay algo en lo que no podemos confiar es en nuestro sentido común", dice a La Tercera Scott O. Lilienfeld, doctor en Psicología y coautor del libro 50 mitos de la psicología popular (2009), donde explica por qué hay ideas que se han arraigado tan profundamente sin ser ciertas. Estos son algunos de los mitos propuestos en el libro que aclara ideas que, desde hace tiempo, sólo llevan a error.
1. Las personas opuestas se atraen
La fantasía es
creada por Hollywood: la secundaria que deja al mariscal de campo para salir con un nerd. La idea es que mientras más distintas son dos personas, más atractivas serán una para la otra. Pero lo cierto es que eso pasa muy poco en la vida real.
Diversos estudios han demostrado que en el amor y la amistad, la homofilia -personas similares atraídas entre sí-, más que la complementariedad, es la regla. Y que es necesario coincidir en al menos seis de 10 temas valóricos y en actitudes frente a la vida para que a alguien le guste otra persona. "Cuando buscamos un alma gemela, buscamos que combine con nuestra personalidad", dice el libro. El deseo de que otro compense nuestras debilidades es lo que pudo haber iniciado este, ahora, demolido mito.
2. El poder del mensaje subliminal
En el libro Los persuasores ocultos (1957), de Vance Packard, se popularizó la idea de que los consumidores podían ser manipulados con mensajes subliminales. En este, Jam
es Vicary, un consultor de marketing, demostró los efectos de la publicidad subliminal en un cine. Vicary afirmó que expuso a los espectadores a mensajes que aparecían sólo 1/3.000 segundos en pantalla, y los incitaba a comprar cabritas y Coca-Cola. Aunque el público no era consciente de ello, las ventas de los productos se dispararon. El descubrimiento fue muy aceptado, aunque nunca se presentó al examen de revistas científicas y nadie pudo replicarlo. Después de muchas críticas, Vicary admitió, en 1962, que lo había inventado para levantar su negocio de consultoría. Desde entonces, no se ha comprobado que los mensajes subliminales influencien el consumo.
3. Es mejor expresar la rabia que guardarla
El 66% de las personas cree que guardar la ira es nocivo y el culpable es Aristóteles. El griego notó que ver tragedias teatrales permitía la catarsis. No obstante por más de 40 años, los estudios han demostrado que alentar la expresión de ira sólo aumenta la agresividad. Expresar la rabia no evita el cáncer ni otras enfermedades como popularmente se cree, "sino sólo ayuda al hecho puntual que la provoca y sólo cuando viene con una solución constructiva para el problema".
Para el experto en agresividad de la U. de Michigan, Brad Bushman, el mito de la catarsis sigue siendo popular, porque las personas se sienten mejor, momentáneamente, cuando expresan su ira y asumen que con eso el malestar se acabó, que están liberados y que eso es sano. "Pero eso dura sólo un lapso y no pone fin al origen de su ira".
4. Unos usan el lado derecho y otros el izquierdo del cerebro
Roger Sperry ganó el Premio Nobel en 1981 por sus estudios en pacientes con cerebro dividido y demostró que las dos mi
tades trabajaban de forma independiente. Aunque los investigadores han confirmado que los hemisferios izquierdo y derecho son sólo relativamente mejores en diferentes actividades mentales.
Lo que pasa es que el hemisferio más eficiente toma primero la tarea, aunque los hemisferios siempre comparten la información.
La "psicología pop", dice Scott, reinterpretó este proceso como hemisfericidad y ha definido a las personas según las funciones de un hemisferio u otro. La propuesta de la hemisfericidad es que se puede entrenar el lado izquierdo, caracterizado como "lógico", "lineal", "analítico" y "masculino", y al derecho como "holístico", "intuitivo", "artístico" y "femenino". Pero, expertos de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., son enfáticos y dicen que no hay "ninguna evidencia directa de que la utilización diferencial hemisférica puede ser entrenada".
5. La baja autoestima no siempre provoca problemas Psicológicos
Investigadores de las univ
ersidades British Columbia, Minnesota y Florida, en EE.UU., que realizaron un estudio en que fueron escrutados más de 15 mil trabajos científicos, echaron por tierra uno de los grandes mitos de la Psicología popular: la baja autoestima causa graves problemas Psicológicos y está rela
cionada con el abuso de tabaco, alcohol y drogas y una gama de enfermedades mentales. En su escrutinio, no sólo no encontraron evidencia alguna de ello, sino que descubrieron que tam
poco empeora el rendimiento escolar. En cambio, un buen rendimiento parece contribuir a una alta autoestima. Es probable que algunos investigadores lo hubieran interpretado erróneamente como un efecto causal directo. Si bien la autoestima se asocia con depresión, esta correlación es sólo moderada. Para el profesor de la U. Estatal de Florida, Roy Baumeister, "la baja autoestima no es ni necesaria ni suficiente para la depresión".
6. Hombres y mujeres se comunican muy distinto
Fue su gran pregunta y Sigmund Freud no la respondió: "¿Qué quiere una mujer?". Cuarenta años después, el psicólogo John Gray escribió el libro Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus, e identificó algunas diferencias en la forma de comunicarse de am
bos géneros, que supuestamente hacen que incluso no se entiendan. Pero ¿qué tan profundas son estas diferencias? Estudios psicológicos descubrieron que en escalas de diferenciación, donde .2 es muy poca diferencia, .5 es media y .8 lo máximo, los hombres son más agresivos (.6), las mujeres hablan más de sí mismas (menos de .2), y los hombres interrumpen más las conversaciones. Resultado: en promedio, las oposiciones de personalidad entre hombres y mujeres marcan menos del mínimo.
